Con la precisión teológica, la hondura espiritual y el gusto por el simbolismo y la imagen que caracterizan su palabra estimulante de pastor, Mons. Daneels, Card. Arzobispo de Malinas-Bruselas, nos ofrece, al hilo de su meditación, algunas reflexiones sobre la vida consagrada.
Hay que valorar en particular el desarrollo de las razones que fundamentan la estima del pastor por dicha vida consagrada, el aprecio de su importancia vital en el plan diocesano -su rol de «radar»- y de su rejuvenecimiento, al renovar unas formas que pueden mostrar su relativa caducidad.
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