En 1987, el escritor y profesor de filosofía Lawrence Marcelle, solicita que le construya una biblioteca para sus más de 10.000 volúmenes, el espacio debe ser un lugar de trabajo autónomo de la vivienda. Este fue el único requisito que le impuso el propietario. La gran confianza y libertad dada para la ejecución de esta idea, permitió a Simon Ungers crear, la que será su obra más emblemática. Situada en un bosque al norte del estado de Nueva York, la T-House, la biblioteca-casa, se convierte en una escultura en el paisaje, en un templo para el conocimiento. Su geometría precisa y rotunda apoyada en una técnica constructiva innovadora basada en la ingeniería naval, le permite crear un volumen austero con un potente impacto visual en el más puro lenguaje de lo que se ha denominad las corrientes artísticas del land art y del arte mínimal. En este caso la “escultura” no es solo un objeto para ser observado, más allá de su potente percepción exterior, su interior contiene unos espacios de una calidad sorprendente, los dos cuerpos situados perpendicularmente el uno sobre el otro, albergan dos cajas de madera cada una con las particulares que el programa requería. La superior alberga la biblioteca y espacio de trabajo, como de una maquina se tratase, el espacio es capaz de modificarse adaptándose a las exigencias de su propietario. En la planta inferior se sitúa la morada, una escueta vivienda semienterrada que se asoma al paisaje más próximo, como si de una cueva se tratase.
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