Alegre como un rayo de sol y deliciosa cual exquisito manjar propio de las mejores fiestas, Marilyn Monroe se consagró como estrella del musical en un papel que hoy en día nadie puede olvidar. Su carisma, su sonrisa y sus guiños a cámara resultan inseparables entre la actríz y la Lorelei Lee que compuso para esta pequeña obra maestra de Howard Hawks. Medio siglo después de su estreno, aun queda mucho por descubrir y analizar.
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