Juan Sebastian Franco, Carlos Alberto Calderón Ospina, Claudia Alejandra López Cabra
En años recientes han sido introducidos nuevos antianginosos al mercado con mecanismos de acción novedosos, complementarios a losdel arsenal farmacoterapéutico existente. Aunque el tratamiento de primera línea continúan siendo los betabloqueadores, antagonistasde canales de calcio y nitratos, el descubrimientos de nuevos aspectos fisiopatológicos de la enfermedad permitieron el desarrollo deblancos terapéuticos innovadores a nivel celular y molecular. El nicorandil, la trimetazidina, la ivabradina y la ranolazina se considerannuevos fármacos antianginosos y constituyen la segunda línea de tratamiento de la angina de pecho estable; están indicados enpacientes que persisten sintomáticos a pesar del manejo de primera línea o en aquellos que presentan intolerancia o contraindicacióna los betabloqueadores o antagonistas de canales de calcio. La trimetazidina, a través de su mecanismo de acción metabólico, mejora latolerancia al ejercicio y puede ser útil en pacientes con falla cardíaca y contraindicación al uso de digitales; la ivabradina tiene un efectocronotrópico negativo sin afectar el inotropismo ni la tensión arterial por lo que se puede usar en pacientes con taquiarritmias o fallacardíaca concomitante; en contraste, la ranolazina no afecta el cronotropismo por lo que se usa en pacientes con bradiarritmias aunquepuede generar prolongación del intervalo QTc. La elección de alguno de estos medicamentos antianginosos de primera o segunda líneadebe ser individualizado para cada paciente y se basa en las comorbilidades, contraindicaciones y preferencias del paciente. MÉD.UIS.2016;29(3):79-93.Palabras clave: Angina de Pecho. Enfermedad Coronaria. Fármacos Cardiovasculares. Nicorandil. Trimetazidina. Ranolazina.
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