En esta contribución partimos del nivel de la retórica, es decir de la “forma”, al nivel antropológico; en otras palabras de la “persona”, en el convencimiento de que detrás de una retórica auténticamente progresiva no exista sólo una actitud lingüística, sino también “existencial”, profundamente progresiva.
Presentamos así aquellos que consideramos puedan ser tres elementos esenciales para promover una actitud progresiva. Ante todo, “desear” que el mundo se constituya en un determinado mundo. El deseo representa el motor de todo “hacer” progresivo. De aquí la invitación a combatir aquellas formas de endurecimiento del pensamiento que lo fuerzan dentro de las formas preconstituidas de los roles y de las posiciones, para tratar de reconquistar el poder público a través de los contenidos.
Como segundo punto, subrayamos “la necesidad de tener un metaproyecto para la bioética”, entendiendo aquel proyecto que sepa indicar un objetivo claro y preciso, capaz de orientar todos los proyectos parciales.
El tercer punto se refiere a la invitación a traducir la “filosofía primera”, dentro la cual se mueve todavía hoy mucha reflexión bioética en términos actuales. Es una tarea gravosa, pero esencial. Si no quiere permanecer como letra muerta, la bioética debe saber convertirse en intérprete de los tiempos, de los problemas y de los interlocutores a los cuales se dirige.
En conclusión, subrayamos la importancia del “pensamiento” como dimensión en la cual puede fundarse una actitud progresiva. Para formar personas capaces de “hacer verdaderamente bioética” y para enseñar una retórica progresiva en bioética, el ingrediente fundamental es la actividad del pensamiento. No el pensar como fin en sí mismo, sino dirigido a la “praxis”: “pensar” bien para “poder hacer” bien. También en bioética, es por tanto deseable aplicar el método analítico a la filosofía clásica, no limitándose a la confrontación historiográfica con las fuentes.
El pensamiento funge así como “leitmotiv” de cuanto se ha dicho: tener un deseo acerca del mundo, querer realizar un proyecto significa, en último análisis, tener algo que “decir” sobre el mundo, y, por tanto, “pensar”.
In this paper, we aim to show that behind the utilization of a progressive rhetoric always lies a progressive existential behavior. Therefore, starting from the linguistic level of rhetoric, we move to the anthropological one.
Here we present three fundamental elements for promoting a progressive strategy for bioethics: 1. to strongly desire that the world should develop in a specific way, which represents the starting point for any further progressive attitude towards life. For this reason, we react against any standardized way of thinking, which really destroy the necessity of a personal thinking; 2. to have a long-term-mission in bioethics, or “Meta-Project”. The Meta-Project shows a clear target and orients every single project toward the global target; 3. to translate medieval terms of the debate into more understandable and common terms. It is a worthwhile goal, if bioethics wish for a real dialogue with modern sensitivity.
In conclusion, we underline the importance of having a deep and personal way of “thinking”, from which a progressive attitude towards life should properly grow. For this reason, the analytic methodology may help in facing classical problems.
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