El escepticismo respecto de la brujería característico (mas no exclusivo) de la región hispana se corresponde con un modo determinado de comprender la etiología del mal. Mientras que textos paradigmáticos de la demonología radical, como el Malleus maleficarum, dieron un paso concluyente hacia la demonización del mal natural (es decir, responsabilizaron al demonio y las brujas de calamidades y pestes), textos de origen castellano, como el Fortalitium fidei de Alonso de Espina, se acogieron a la postura tradicional: consideraron al demonio como promotor del mal moral en el mundo y el mal natural, por su parte, como resultado de la ira de Dios por los pecados de su pueblo –particularmente, del pecado de los príncipes cristianos–. Sostengo en el presente trabajo que la diferenciación entre ambos modos de interpretar la causalidad de los males del mundo puede ser leída en clave política.
Skepticism regarding witchcraft, characteristic (but not exclusive) of the Spanish lands, corresponds with a particular view of evil’s etiology. Whereas paradigmatic texts of radical demonology, as the Malleus Maleficarum, gave a conclusive step towards the demonization of natural evil (as they put the blame on the devil and the witches for calamities and plagues), texts of Castilian origin, as Alonso de Espina’s Fortalitium fidei, embraced the traditional position: they considered the devil as a promoter of moral evil in the world, meanwhile natural evil is seen as a result of the wrath of God for the sins of His people –particularly, the sin of Christian princes. I argue that the distinction between these two ways of thinking the causality of the world’s misfortunes can be read in political terms.
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