Clásicamente la psiquiatría apenas hacía diferencia de género, aunque consideraba que la mujer, marcada por su "destino biológico", era fragil, psíquicamente inestable y propensa a cualquier "enfermedad nerviosa". Su proclividad a la histeria fue explicada por Freud con su peculiar teoría de la feminidad, que perpetuaba a la mujer como un ser débil, pasivo, dependiente y masoquista. Sin embargo, numerosas investigaciones han mostrado una mayor morbilidad psíquica entre la mujer, relacionándose con la situación de sometimiento e inferioridad en que vive. En este trabajo se cuestiona la visita médica convencional, que codifica la demanda de la mujer enferma y excluye la expresión de su subjetividad, así como el habitual tratamiento médico, que alivia la sintomatología pero cronifica la enfermedad. Y se proponen vías alternativas de tratamiento
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