La Ley Orgánica de Ciencia y Tecnología e Innovación, promulgada en el año 2005, constituyó un acierto para el avance de la ciencia y la tecnología, ayudando esto a impulsar la productividad nacional. Pero el Gobierno nacional decidió reformar la Locti y desde ahora el Estado centraliza los fondos aportados por el sector privado y será él quién decida qué proyectos financiar y cuáles no. La ideologización llegó también a la ciencia y por ello la recién creada Autoridad Nacional de Ciencia y Tecnología asume el control absoluto de la actividad.
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