Juan Antonio Aguilar Saavedra, Manuel Perez Victoria Moreno de Barreda
El gran colisionador de hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) del CERN fue construido con dos objetivos fundamentales. El primero de ellos era determinar el mecanismo preciso que origina las masas de las partículas elementales y fue alcanzado con el celebrado descubrimiento en julio de 2012 del bosón de Higgs y la posterior medida de sus principales propiedades. Estos hallazgos concuerdan perfectamente con las predicciones del Modelo Estándar de las interacciones fundamentales. No deja de ser sorprendente que esta teoría cuántica de campos, desarrollada hace más de 40 años, sea capaz de reproducir con extraordinaria precisión prácticamente todos los resultados experimentales en física de partículas obtenidos hasta la fecha —la principal excepción es la masa de los neutrinos, que requiere una mínima extensión—
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