La calle se presenta como un espacio que sobrepasa la funcionalidad que tradicionalmente ha tenido para el tránsito de personas y automóviles, y se devela como un lugar particular susceptible de intervención para hacer de él un ambiente un ambiente educativo en sus componentes: escenario, es decir, lo físico de construcción humana en contextos como la cuidad y el barrio; contenidos, en el que realiza un acercamiento a los sentidos que la transitan, y los actores, con un énfasis especial en los niños y en los jóvenes.
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