Las nuevas técnicas de edición genética podrían servir en breve para tratar la esterilidad masculina, pero modificarían la información genética de los espermatozoides. Esos cambios se transmitirían a las generaciones siguientes, por lo que serían adquiridos de forma permanente por el genoma humano.
Los científicos que pretenden aplacar el temor de que ese paso suponga cruzar una línea roja ética aducen que la técnica aún no es factible, pero otros opinan que no se tardará en cruzar esa línea.
La demanda de tratamientos contra la esterilidad ha impulsado desde hace décadas la adopción de nuevas técnicas biotecnológicas, para bien o para mal.
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