Todos los partidos políticos han olvidado, dos meses después del asesinato de Miguel Angel Banco, las multitudinarias movilizaciones de la sociedad española. El llamado "Espíritu de Ermua" ha sido dilapidado a cambio de disputas estériles e inútiles guerras políticas entre unos y otros. Mientras tanto ETA, con el apoyo de Herri Batasuna, sigue matando.
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