Es muy frecuente la construcción de elementos de hormigón de poco espesor y gran superficie. En ocasiones se trata de obras de nueva planta, como los pavimentos de hormigón o los vertidos destinados a completar secciones monolíticas junto con piezas prefabricadas. En otros casos sirven para mantener, reparar o reforzar elementos ya construidos: recrecidos de forjados o pavimentos, parcheados de elementos de hormigón, recrecidos de obras de fábricas (encofrados o proyectados), etc.
Los recrecidos de base cemento son muy propensos a fisurarse con el material en estado plástico. Esta tendencia ha aumentado con el uso creciente de hormigones de prestaciones elevadas. Las dos causas principales de tal patología son la retracción plástica y el asentamiento plástico. La retracción plástica depende de variables endógenas y exógenas. Entre las primeras se hallan la dosificación de la mezcla, la naturaleza y características de los componentes y el uso de aditivos químicos o de adiciones minerales;
entre las segundas, las relacionadas con la evaporación del agua de amasado y con el curado.
Las fisuras tempranas incrementan la permeabilidad del hormigón, lo que puede reducir la durabilidad. En consecuencia, el curado de los recrecidos puede ser crucial para la calidad y sostenibilidad de la construcción. En este trabajo se analizan los mecanismos que causan la fisuración por retracción plástica, las variables de las que depende y los métodos de curado; en especial, el llamado �curado interno�, técnica cuya aplicación ha adquirido un desarrollo acelerado en el siglo XXI.
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