Las pruebas estandarizadas al igual que otros elementos de opresión nacen, se desarrollan y se mantienen en una matriz de dominio (Collins, 2009). Debido a que el uso de las pruebas estandarizadas reproduce las jerarquías sociales y la inequidad, en este artículo analizo cómo las tres funciones de la educación democrática propuestas por John Dewey (Bowles & Gintis, 2011) se contradicen y revelan la naturaleza anti-dialógica del proceso de admisión a la universidad pública. Para el desarrollo de este argumento, incluyo una breve revisión de los orígenes de la evaluación estandarizada y discuto cómo las funciones de integración, igualdad y desarrollo no se enlazan en el discurso del sistema nacional de evaluación.
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