Siempre se ha hablado del factor sorpresa como elemento determinante en este triunfo, pero lo cierto es que se tenía noticia con antelación de que la República iba a desencadenar la batalla de Teruel, e incluso se conocían la fecha exacta y los efectivos aproximados (afirmación que puede comprobarse en los boletines de información de diversas unidades franquistas, como la 108.ª División). Aun así, los defensores no eran suficientes: una brigada para todo el perímetro del frente y otra en formación cerca de la ciudad; y no pudieron resistir la acometida de las cuatro divisiones republicanas enviadas a cortar el saliente, más las que dieron su apoyo presionando en diversos puntos e impidiendo que se ejecutaran las maniobras necesarias para salvar a las tropas de ser rodeadas. Con Teruel cercada, empezaba otra fase de la batalla.
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