La Unión Europea se encuentra ahora en una importante encrucijada, que es necesario afrontar de forma urgente, y ello sólo será posible con el esfuerzo no sólo de los organismos europeos, sino de las instituciones nacionales, y sobre todo de los ciudadanos. En el artículo se plantea la necesidad de una Europa integral en lo económico, e integrada en lo social, es decir, la conveniencia de un espacio europeo bastante más coordinado y participativo de lo que se encuentra ahora en el ámbito económico, y por otra parte, en el terreno social se necesita un mayor nivel de cohesión y solidaridad, así como una mayor atención y consideración por las autoridades europeas de la voluntad y la situación de los ciudadanos. Resulta necesario, en definitiva, profundizar en la idea de Europa y desarrollar un sistema socioeconómico acorde con los importantes desafíos que se plantean en esta Aldea Global del siglo XXI.
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