Las revoluciones no deben hacerse a medias, la revolución no puede tolerar indefinidamente la contrarrevolución, no se debe dejar a salvo el menor atisbo institucional burgués, la pretendida vanguardia busca estrangular la revolución a través del robustecimiento del Estado, y nada se consigue con una posición meramente defensiva, son lecciones que se aprendieron a costa de mucho dolor, sangre y fracaso.
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