La revolución científica despertó la inquietud por analizar la naturaleza y el universo en muchos hombres. También en muchas mujeres. Pero mientras que ellos tenían acceso a las nuevas sociedades científicas, entraban con facilidad en las universidades y tenían al alcance de la mano todo el conocimiento, ellas tuvieron un arduo y duro camino para demostrar que sus capacidades intelectuales podían estar a la altura si se les daban las mismas oportunidades y se las respetaba como científicas. Mary Somerville fue una científica autodidacta que superó todas las barreras sociales que le vetaban el acceso al conocimiento. Desarrolló su potencial intelectual y se convirtió, como muchos la conocieron en su tiempo, en la reina de las ciencias.
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