El aborto infeccioso de las vacas, reconocido por primera vez enColombia, hace algo más de tres años, se ha difundido en pocotiempo de una manera tan extraordinaria-—y especialmente en lasabana de Bogotá— que hoy constituye uno de los problemas másgraves de nuestra industria ganadera. Y la gravedad de esa infecciónes, en Colombia como en todos los palpes del mundo, másalarmante por el hecho de que no existen en la actualidad medioscientíficos de protección y de tratamiento absolutamente eficaces e inofensivos en su aplicación práctica.
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