Si queremos plantear el problema de cómo debe seleccionarse un toro para un hato lechero, justo es que primeramente dejemos por sentado que partimos de la base de un buen toro. Y para nuestro objeto, ¿que entendemos por un buen toro? Exactamente, un toro que tenga los requisitos necesarios para el fin que nos proponemos en el hato, es decir, que nos dé hijas cuya producción de leche sea satisfactoria, superando la producción de sus madres. Por eso, cuando las hijas obtenidas en un hato producen más o menos lecho que sus respectivas madres, la causa de este aumento o disminución en el producido debemos buscarla en el toro, que será bueno o malo, según el caso.
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