El presidente de la República Francesa, proclamando que fue elegido por las reformas que preconiza, y no contra la extrema derecha, pretende desregular un poco más el mercado laboral. Ante el aumento de las protestas en la calle, incluso los sindicatos más cercanos al poder consideran el proyecto como desequilibrado en detrimento de los asalariados. Adaptar el derecho a las nuevas formas de organización laboral teniendo en cuenta realmente las aspiraciones humanas conduciría a reformas totalmente distintas.
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