Como hipótesis central del modelo sistémico cognoscitivista, elaborado para el estudio del estrés académico (Barraza, 2006), afirmé que una demanda del entorno sólo se convierte en estresor tras la valoración cognitiva que hace el sujeto de ella, sin embargo, creo necesario realizar algunas precisiones al respecto para no dejar una impresión errónea, ya que es posible que alguno de los lectores se haya preguntado ¿y dónde queda el papel del entorno? Esta pregunta, nada ociosa y si muy pertinente, adquiere relevancia si se toma en cuenta que el modelo elaborado se inscribe en el Programa de Investigación Persona-Entorno (Barraza,2007a) y tal pareciera que el entorno ha desaparecido del escenario. Nada más lejos de la verdad y para corregir esa impresión es que se realiza el presente trabajo.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados