El enfoque europeo sobre las migraciones se caracteriza por una especie de esquizofrenia, generada como consecuencia de intentar juntar dos filosofías contradictorias: la filosofía “economicista” y la de igualdad de oportunidades. Para superar esta paradoja –que está produciendo una condición de desventaja estructural de los migrantes, inhibiendo el pleno aprovechamiento de las aptitudes, conocimientos y competencias de los migrantes– es importante promover un cambio de perspectiva, pasando de la concepción de los migrantes como mano de obra destinada a cubrir los puestos de trabajo vacantes a la conciencia de que su capital humano es un recurso estructural para el desarrollo económico y social, de acuerdo con una forma inteligente e inclusiva para abordar la migración. Desde esta perspectiva, el tema del reconocimiento de las competencias de los migrantes tiene un valor tanto práctico como simbólico, que puede contribuir a este cambio de perspectiva. Inspirándose en los principales resultados del proyecto DIVERSE (co-financiado por la Comisión Europea a través del Fondo Europeo para la integración y realizado en 10 países europeos), el artículo discute el efectivo funcionamiento de los sistemas nacionales de reconocimiento, focalizando la atención sobre los migrantes como su objeto específico. La discusión se fundamenta en el análisis comparativo realizado utilizando la documentación y los informes de investigación producidos por el equipo de cada uno de los países sobre la base de una investigación empírica de los sistemas de reconocimiento (también) en algunos seleccionados sistemas regionales. El análisis indica la presencia de múltiples diferencias entre los sistemas de reconocimiento, sobre todo en relación con el grado de antigüedad, de universalidad, de sencillez y de accesibilidad de los procedimientos hacia los migrantes. Además de estos resultados, el análisis revela que las dificultades encontradas por los migrantes en identificar y utilizar las oportunidades de reconocimiento de competencias son un reflejo de las insuficiencias y debilidades de estos sistemas, es decir representan un fracaso de las promesas de inclusividad para todos los ciudadanos, especialmente los más vulnerables. Las conclusiones del artículo llaman la atención por el valor paradigmático de la experiencia de los migrantes: desarrollar sistemas de reconocimiento queden atención especifica a las necesidades de los migrantes puede, no solo ayudar a reformular el modelo europeo de integración, sino también a producir efectos positivos sobre la cohesión, la igualdad y la competitividad económica.
The European approach to migration is traditionally characterized by a sort of “schizophrenia”, generated by the attempt to keep together two contradictory philosophies: the “economicistic” philosophy, and that of solidarity and equal opportunities. To overcome this paradox –which has been producing a condition of migrants’ structural disadvantage, while inhibiting the full exploitation of their skills, knowledge and competences (SKC)– a crucial shift must be promoted: from the perception of migrants as a workforce expected to fill contingent vacancies, to the conception of their human capital as a structural resource for economic and social development, in line with a smart and inclusive way to approach immigration. In this perspective, the issue of recognizing migrants’ SKC has both a practical and a symbolic value, as it can contribute to change such a perception.
Starting from the findings of the DIVERSE project (supported by the European Commission through the European Integration Fund and carried out in 10 EU countries), the article discusses some characteristics of the current functioning of the national systems of recognition, focusing on migrants as their peculiar target. The discussion is grounded on the cross-country analysis carried out on the documentations and reports produced by each country team on the basis of a multi-situated research conducted (also) on selected regional systems of recognition.
The analysis shows many differences among the systems of recognition especially related to: their level of “seniority”, degree of universalism and accessibility, friendliness of procedures’ in relation to migrants. Beyond these results, the analysis reveals that the difficulties faced by a migrant in taking up the SKC recognition opportunities mirrors the inadequacies and shortfalls of those systems, that is, their failure in realising the inclusiveness promise for all citizens. Therefore, the article draws attention on the paradigmatic value of migrants’ experience: developing the systems of SKC recognition giving specific attention to migrants’ needs can not only concur to recast the European approach towards migration and its role in the labour market, but also have profitable outcome on social cohesion, equality, and economic competitiveness.
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