Víctor Manuel Peralta del Riego
Existe no sólo en la cultura política, sino en las leyes y otros aspectos sociales, la idea de que las decisiones deben hacerse tomando en cuenta el impacto económico que a nivel social o de grupo (i.e. colectivismo, macroeconomía, etc.). En concreto muchas personas, ideologías e incluso leyes nos comprometen con la idea de que debemos decidir aquello que nos hace mejorar económicamente como sociedad más que como individuos. El esquema general de la falacia que propongo aquí es la siguiente (falacia del PEP): Las alternativas A y B, son factibles. A es mejor que B, económicamente para la sociedad. Y si el enunciado anterior es verdad, entonces A debe ser. A esta clase de razonamiento la llamo falacia del perfeccionismo económico público. Explico en el texto que esta forma de razonamiento es errónea dependiendo de qué teoría del valor económico suscriba uno, o de plano es errónea porque nos compromete con hacer obligatorias ciertas conductas abiertamente contrarias a los derechos humanos o a posturas morales bien posicionadas.
El análisis lo hago recuperando la forma común en la que estos razonamientos suceden;
como entimemas. Luego explicito algunos de los presupuestos básicos para validarla, y describo las condiciones en las que alguna de las premisas de la forma válida del argumento de PEP es rechazables, ya sea por razones morales, como por razones económicas y morales. Al final cito legislación mexicana válida donde se abre la puerta a fundamentar instancias concretas de PEP falaces.
There is the idea not only in political culture, but also in laws and other aspects of our social existence, that decisions ought to take into account the economic impact that our decisions have in the economy at large (macroeconomics, collectivism, etc.). Specifically, a lot of people, ideologies and laws do want us to commit to the idea that we ought to choose what will improve the economy of a society above many things, maybe all things.
The scheme of the fallacy is: Alternatives A and B are possible. A is economically better than B for the society. And, if the former premise obtains, then A ought to be chosen. This kind of reasoning I propose to name Public Economic Perfectionism (PEP) fallacy. I explain in the article that PEP fallacy is faulty reasoning depending on how you interpret the truth of the assertion that A is economically better than B for certain society, or it is faulty because it makes us endorse some outcomes that are clearly immoral or against human rights. This analysis starts by completing naturally occurring PEPs, i.e. enthymematic PEPs.
I make explicit some of the basic presuppositions that are needed to make the argument explicitly valid, and then we can fully grasp how some of the premises are false or probably false from moral or legal perspectives, or else how they are ambiguous for economic and moral reasons. Last, I provide some Mexican legislation that would justify in a court of law or through public policies what might be fallacious PEPs.
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