México
En su obra La condición posmoderna. Un informe sobre el saber, Jean-François Lyotard advierte que el saber es y será producto para ser vendido, y es y será consumido para ser valorado. Desde diferentes supuestos, en su texto “Cultura y mundialización”, Hervé Juvin destacó que la filosofía estaba obligada a convertirse en industria de la diversión si quiere prosperar. La filosofía de universidad, sujeta a las exigencias de pertinencia social, laboral, entre otras, puede ser --guardando toda proporción-- un ejemplo paradigmático de lo señalado por Lyotard y por Juvin.
Existen, al menos, dos respuestas --hipótesis-- para dar cuenta de lo anterior:
primero, podríamos seguir una vía que nos conduzca a rechazar las exigencias que se le hacen a la filosofía de universidad, la cual nos lleve a hacer de ella una actividad no vinculada a compromisos mundanos; o, segundo, podríamos rastrear, por ejemplo, las exigencias de pertinencia (social, laboral, etc.) que hoy, inevitablemente, definen a la filosofía -en tanto programa educativo- y, con ello, caracterizarla, no bajo condiciones ideales, sino en sus condiciones reales. Nuestro trabajo se centra en la segunda perspectiva.
Para desarrollar la propuesta de ensayo, nuestro hilo conductor nos transporta de una definición ideal de la filosofía hacia una caracterización sociológica de ella. Esto con el objetivo de definir, precisamente, las prácticas y las condiciones sociales concretas que actualmente la determinan: 1. ser un programa educativo que está sujeto a lineamientos de pertinencia social, laboral, entre otros, del cual se espera que contribuya en el mejoramiento de la sociedad; y 2. ser una actividad con un sesgo disciplinario, aunque con una incursión importante en el ámbito interdisciplinario y con la posibilidad de transitar a otro transdisciplinario.
On his text, The Postmodern Condition: A Report on Knowledge, Jean-François Lyotard warns us that knowledge is and will be a product to be sold, and is and will be consumed to be valued. From different assumptions, in his text “Culture and Mediatization”, Hervé Juvin pointed out that philosophy was destined to become a diversión industry if it wants to prosper. University philosophy, subjected to the demands of social and labor pertinence, among others, can be -all proportions saved- a paradigmatic example of that pointed out by Lyotard and juvin.
There are, at least, two answers -hypothesis- to account for the aforementioned first, we could follow the way that takes us to reject the demands made to university philosophy, which leads us to turn it into an activity not linked to worldly commitments;
or, second, we could trace, for instance, the demands of social pertinence (social, labor related, etc.) that today, unavoidably, define philosophy -as an educational program- and, with it, characterize it, not under ideal conditions, but under its real conditions. Our work centers on the second perspective.
To develop the essay’s proposal, our guiding line takes us from an ideal definition of philosophy towards a sociological characterization of it This with the purpose of defining, precisely, the practices and concrete social conditions that currently determine it: 1. to be an educational program subject to social and labor pertinence guidelines, among others, that créate an expectation of contributing to social improvement; and 2. To be an activity with a disciplinary siege, although with an important inclusión in the interdisciplinary field and with the possibility to transit to a transdisciplinary one.
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