Raquel Colacios, Mª Carmen Mendoza
La correlación entre las características físicas del espacio público y su uso ha sido ampliamente demostrada en estudios recientes, en los cuales se establece que la morfología del espacio físico condiciona las interacciones sociales que en él se suceden, influyendo, consiguientemente, en el sentimiento de apego al lugar, identidad y vida pública. Una nutrida red de relaciones humanas brinda mayores oportunidades para generar relaciones más poderosas en la comunidad, y la que resulta más proactiva y unida. El objetivo de este artículo es comprobar hasta qué punto la morfología urbana limita el uso y el nivel de interacciones sociales en el espacio público. Utilizando el caso de un polígono de vivienda social de la periferia de Barcelona llamado Sant Cosme, se examina aquí: 1) las características de su espacio público y, 2) su nivel de uso e interacción social. Para ello, se emplean diferentes métodos de análisis, como son entrevistas y cuestionarios con la comunidad, y observaciones y mapeo del espacio físico. A través de este estudio, se evidencia, en suma, cómo la morfología del polígono y su espacio público constituyen un factor que obstaculiza la generación de redes sociales, lo que supone una oportunidad perdida para la aparición de iniciativas ciudadanas capaces de apropiarse de la esfera pública.
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