La complejidad del mundo actual que da lugar a los llamados problemas retorcidos (del inglés, wicked), entre los que se encuentra la corrupción, exige un tratamiento de éstos desde perspectivas interdisciplinares o transdisciplinares. La puntera Liga Europea de Universidades Investigadoras (League of European Research Universities, LERU) así lo ha puesto de relieve en un reciente informe monográfico, en el que recomienda como estrategias para dicho análisis la creación de unidades organizativas específicas. Un ejemplo poco frecuente en España lo constituye el instituto de investigación TranJus de la Universidad de Barcelona, una de cuyas líneas de investigación es la buena gobernanza y la corrupción y de cuyo seno ha salido el primer máster universitario de prevención de la corrupción y de buen gobierno que incluye un enfoque transdisciplinar en sus contenidos.
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