Actualmente, el protagonismo en la enseñanza sobre prevención de riesgos sigue correspondiendo a la FP. Podemos diferenciar tres subsistemas (u ofertas) dentro de ella, como son: la FP específica (FPE), la ocupacional (FPO), y la continua (FPC), además de aquella no formal adquirida con la práctica laboral. La primera está dirigida básicamente a los jóvenes (también a los adultos) como formación inicial, la segunda a las personas desempleadas como mecanismo de inserción y reinserción laboral, y la tercera a las personas trabajadoras en activo como instrumento para actualizar competencias profesionales. Aunque lo importante es el conocimiento asimilado y puesto en práctica por el individuo a lo largo de su vida, podemos distinguir desde un punto de vista formal entre aquellas enseñanzas que ofertan títulos ("regladas" según algunos) y aquellas que ofertan certificados o diplomas ("no regladas" si bien algunas disponen de referencias legislativas concretas). De este modo encuadramos en las primeras a la FPE, y en las segundas a la FPO, a la FPC así como al resto de las enseñanzas que no acreditan títulos reconocidos por la Administración educativa) por el individuo a lo largo de su vida, podemos distinguir desde un punto de vista formal entre aquellas enseñanzas que ofertan títulos ("regladas" según algunos) y aquellas que ofertan certificados o diplomas ("no regladas" si bien algunas disponen de referencias legislativas concretas). De este modo encuadramos en las primeras a la FPE, y en las segundas a la FPO, a la FPC así como al resto de las enseñanzas que no acreditan títulos reconocidos por la Administración educativa)
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