El edificio de la antigua sede de la BBK en la Gran Vía de Bilbao fue adquirido por una conocida marca de ropa, con la intención de convertirlo en uno de sus mayores centros comerciales. El edificio consta de dos partes, un palacio señorial de comienzos del siglo xx y una ampliación realizada en los años cincuenta. La intervención requerida consiste en dotar, a parte del conjunto, de una planta sótano y eliminar diversos soportes en las plantas inferiores, de forma que se disponga de plantas diáfanas para el uso comercial.
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