Las tecnologías de la información constituyen desde su aparición uno de los campos de evolución más rápida, lo cual requiere que todas las organizaciones tanto públicas como privadas que las utilicen deben tener la agilidad necesaria para adaptarse y hacer un correcto uso de ellas o quedarse desfasadas. Algunas de las direcciones actuales en la evolución de la información son: aproximación de los sistemas informáticos a los usuarios, tanto en facilidad de acceso (distribución de los dispositivos de almacenaje y proceso de la información), como en independencia de los especialistas (lenguajes de cuarta generación); aumento de la fiabilidad y la tolerancia a fallos; intento de salvar y transmitir la experiencia humana acumulada (sistemas expertos) y la forma humana de trabajo intelectual (inteligencia artificial); aumento de la capacidad y velocidad de los dispositivos tanto por medios tecnológicos como de organización. [...]
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