Inicialmente los sistemas de administración de información (MIS) y posteriormente los sistemas computacionales de soporte a la toma de decisiones (DSS) han ofrecido un ambiente estructurado manejable y hasta cierto punto funcional para el desarrollo propicio de toma de decisiones. Sin embargo, la realidad es que la mayoría de las decisiones son tomadas basándose principalmente en factores impredecibles y empíricos que afectan al proceso y a las características intuitivas y subjetivas del decisor, al seleccionar una alternativa de solución. Esto induce a reformular el tradicional proceso de cómo tomar decisiones si se desea sistematizar o apoyar el procedimiento de una manera eficiente por medio de sistemas computacionales.
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