Actualmente el patrimonio cultural se ha visto afectado por numerosas destrucciones que lo hacen frágil y vulnerable, para evitarlo se debe optar por políticas y estrategias de salvaguarda. La destrucción patrimonial implica también una destrucción de valores, identidades y significación de las comunidades culturales que hacen de dicho patrimonio un recurso esencial en sus estilos de vida.
Por otro lado, el patrimonio es un recurso turístico, que hay que gestionar y proteger en tanto que abre posibilidaddes de vida y riqueza. También funciona como dinamizador y promotor de desarrollo sostenible.
En el texto se aborda un enfoque actual en el que estos valores sirven de marco para la elaboración de políticas y estrategias de conservación, normas y reglamentos que garanticen el mantenimiento de un bien a largo plazo.
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