Los pilotes hincados son, a diferencia de los ejecutados in-situ, que se han desarrollado mucho más recientemente, el tipo más antiguo de pilote. Ya en tiempos de los romanos se utilizaban con profusión rollizos de madera hincados como medio para mejorar los cimientos de los edificios; así, el ejemplo más antiguo documentado de pilotes de madera se localiza en Éfeso (Turquía) donde se construyó un gran templo sobre ellos entorno al año 600 a. C. que sigue conservando su cimentación original en buen estado (los pilotes de madera presentan gran durabilidad en suelos permanentemente saturados), y abundan en Centroeuropa y Norteamérica (Venecia, Ámsterdam, México, EE.UU.), donde cuando por disponibilidad y economía todavía se utilizan actualmente en determinadas ocasiones.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados