El secuestro este verano de tres turistas españoles en Irán ha puesto de nuevo de actualidad un país que desde que implantó la revolución islámica, hace 20 años, ha vivido en un continuo sobresalto. De su estabilidad depende la del resto del mundo, al ser uno de los principales productores de petróleo, puente entre Oriente y Occidente y agente clave en las convulsiones que se producen desde Indonesia a Marruecos y de Rusia a Arabia Saudí.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados