Antecedentes: Publicaciones recientes han demostrado que en Güneykent (Turquía), donde se cultiva la rosa, algunos trabajadores padecen reacciones alérgicas diversas en contacto con la planta o el polen de la misma.
Caso clínico: Varón de 47 años de edad natural de esa población, aunque no habitaba en ella, que padecía rinitis perenne, asma y rinoconjuntivitis en primavera relacionadas respectivamente con la sensibilización a ácaros del polvo y a diversos pólenes. En diversas ocasiones, al contacto con rosas o la ingestión de miel u otros productos, había tenido síntomas bucales, cutáneos y angiodema. Finalmente tuvo una reacción anafiláctica al ingerir el líquido procedente de rosas humedecidas por el rocio que posiblemente contenía polen de la flor.
Métodos: Se valoró IgW específica con extracto de Rosa rugosa, que fue de 30,3 IU (claseIV) además de confirmarse la sensibilización a otros pólenes y ácaros. No se consideró ético realizar prueba de provocación oral.
Conclusión: Este puede ser el primer caso de reacción anafiláctica debida a la ingestión de polen de rosa.
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