El recorrido del Centro Gerontológico Amma-Horta dura ya seis años y se han escrito y se siguen escribiendo, cada día, historias sobre educación social, entendida en su más amplio espectro. Lamentablemente, cuando pensamos en una residencia de personas mayores, seamos francos, nos vienen a la cabeza cosas como demencia, enfermedad, tristeza, soledad,… Y otros términos igualmente poco halagüeños.
No es lo ideal pero así es. Por eso desde este centro, nos hicimos el firme propósito de cambiar este concepto sobre la geriatría o por lo menos aportar nuestro granito de arena.
Nuestra residencia pone mucho interés y esfuerzo en ser un lugar acogedor, amable y sobretodo alegre, donde siempre puedas encontrar una sonrisa por muy mal que parezca que está la situación.
En otro sentido, cuando hablamos de educación social para personas mayores, no hablamos solo de entretener pintando o haciendo manualidades, sino que hablamos también de educación en valores, de habilidades sociales, de paliar el aislamiento social, de comunicación no verbal y de muchos otros conceptos.
En definitiva, en Amma-Horta, se ha trabajado y se trabaja para romper esquemas tanto de la idea que se tiene de un centro residencial para personas mayores, como del papel que juega en él la educación social.
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