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Resumen de Obstrucción del tracto urinario bajo en mujeres con incontinencia, ¿hallazgo frecuente en urodinamia?

Andrés Felipe Gutiérrez, María Camila Bastidas, Carlos Gustavo Trujillo Ordoñez, Mauricio Plata Salazar

  • español

    Objetivo: determinar la frecuencia de obstrucción del tracto urinario bajo en mujeres con incontinencia urinaria, la correlación entre los diferentes criterios diagnósticos y su asociación con factores predisponentes descritos en la literatura. Materiales y métodos: estudio de prevalencia, descriptivo. Se revisaron las historias de todas las pacientes llevadas a urodinamia entre septiembre de 2009 y febrero de 2011 en la Fundación Santa Fe. Se incluyeron aquellas con incontinencia urinaria de esfuerzo pura, mixta o de urgencia. Se buscó la asociación entre el tipo y número de cirugías para continencia, la presencia de prolapso de piso pélvico, hiperactividad vesical, así como la correspondencia diagnóstica entre los criterios de obstrucción disponibles. Resultados: se incluyeron 1520 pacientes; 779 (55,25%) presentaron incontinencia de esfuerzo pura, 141 (10%) mixta, y de urgencia 487 (32,54%). La edad promedio fue 52,6 años; 179 pacientes (11,78%) tenían antecedente de una cirugía antiincontinencia y 9 (0,59%) de dos cirugías. De la totalidad de la cirugías en la población, 102 (6,71%) fueron por vía abdominal y 91 (5,99%) por vía vaginal. Se encontraron 705 prolapsos de componente anterior y 480 de componente posterior. Con respecto a los parámetros urodinámicos revisados, se encontró una cistometría normal en 1047 (68,88%) y con hiperactividad en 472 (31,05%). La prevalencia de obstrucción por criterios de Lemack-Zimmern es de 9,61% (146 pacientes), mientras que por criterios de Groutz, la obstrucción es del 10,79% (164). Utilizando el nomograma de Blaivas y Groutz, 54,07% no presentan obstrucción, 32,38% tienen obstrucción leve y 5,83% moderada, sin encontrar severas. La hiperactividad vesical no se asoció de forma significativa con obstrucción por Lemack-Zimmern (p = 0,97) o Groutz (p = 0,89). Existe una asociación significativa entre la presencia de prolapso de componente anterior con obstrucción por Lemack-Zimmern (p = 0,0007), Groutz (p = 0,0007) y Blaivas y Groutz (p = 0,005), mientras que esta no se presenta en el posterior. Existe una asociación con respecto al número de cirugías antiincontinencia al evaluar las urodinamias con criterios de Lemack-Zimmern (p = 0,03) y Groutz (p = 0,03), que no se presenta con el nomograma de Blaivas y Groutz (p = 0,12). Conclusiones: la prevalencia de obstrucción del tracto urinario bajo en mujeres con incontinencia urinaria varía según el criterio empleado para su evaluación. La discrepancia entre los diferentes criterios dificulta el diagnóstico urodinámico de esta patología. Exámenes diagnósticos adicionales como la video-urodinamia o endoscopia del tracto urinario inferior son necesarios en esta población. Es inminente la determinación de criterios estandarizados a la luz de un incremento en el número de procedimientos antiincontinencia a nivel mundial.

  • English

    Purpose: To determine the frequency of lower urinary tract obstruction in females with urinary incontinence, the relation between diagnostic criteria, and its association with predisposing factors described in available papers. Methods: Prevalence study. Descriptive. The medical records of all the patients in whom aurodynamic study was performed at Fundacion Santa Fe de Bogota between September 2009 and February 2011. Patients with stress, urge or mixed urinary incontinence were included. The association between the kind and number of surgeries previously performed the presence or absence of pelvic organ prolapse, detrusor overactivity, and the diagnostic correspondence of the available obstruction criteria. Results: 1520 patients were included. 779 (55.25%) had stress urinary incontinence, 141 (10%) mixed and 487 (32.54%) urge. The average age was 52.6 years. 179 patients (11.78%) had an anti-incontinence surgery performed previous to the test and 9 (0.59%) had two previous surgeries. 102 (6.71%) of those procedures were performed by an abdominal approach and 91 (5.99%) with a vaginal approach. 705 anterior component prolapses and 480 posterior were found. In the urodynamic study, a normal cystometry was found in 1047 (68.88%) patients; 472 (31.05%) had uninhibited contractions. The prevalence of obstruction using the Lemack-Zimmern criteria was 9.61% (146 patients); if the Groutz criteria were used, it was 10.79% (164). Using the Blaivas & Groutz normogram, 54.07% were considered not to have obstruction, 32.38% had mil obstruction, 5.83% moderate and none severe. Detrusor overactivity had no association with obstruction according to Lemack-Zimmern (p = 0.97) or Groutz (p = 0.89). A positive association between anterior prolapsed and obstruction was seen: Lemack-Zimmern (p = 0.0007), Groutz (p = 0.0007) and Blaivas & Groutz (p = 0.005). No relation was found with posterior prolapse. An association was found with the number of previous anti-incontinence surgeries: Lemack-Zimmern (p = 0.03) and Groutz (p = 0.03). This was not seen when using the Blaivas & Groutz normogram (p = 0.12). Conclusions: The prevalence of lower urinary tract obstruction in females with urinary incontinence varies according to the criteria used for its evaluation. The difference between these criteria makes the urodynamic diagnosis of this pathology difficult. Complimentary tests like video-urodynamics or endoscopic studies of the lower urinary tract are necessary in these patients. It is very important to establish standard criteria for this condition, especially with the growing number of anti incontinence procedures around the world.


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