El periodismo, la herramienta más útil para controlar los abusos del poder, va retrocediendo en buena parte del mundo. Así lo confirma el incremento de periodistas asesinados o perseguidos, la irrefrenable propagación de las fake news o la creciente legislación limitadora del libre ejercicio de informar y opinar en numerosos países. El reciente informe de la organización Reporteros Sin Fronteras ha puesto datos a este retroceso en el mundo. El Siglo ofrece a sus lectores un revelador extracto de este pormenorizado y prestigioso informe centrado en la situación en Europa y en España.
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