Los violeros desarrollaron técnicas y postulados estéticos heredados de al-Ándalus y los entremezclaron con aportes procedentes del gótico y con un legado artesanal de larga trayectoria transmitido por los gremios. Granada representa un eslabón clave en la compleja cadena de transmisión de estos flujos artísticos. A lo largo de todo el siglo XV e inicios del XVI, la laudería y posteriormente, la violería, gestan un lenguaje peculiar y dan lugar a innovaciones claves en el desarrollo de la llamada luthería europea posterior. Granada, la Alhambra y su museo, preservan obras clave, testigos excepcionales de este trasiego. Los soportes son variados, registrados en arquitectura y artes muebles. El bagaje cultural y artístico que reciben y digieren los violeros se proyectó hacia toda Europa, especialmente hacia Italia, en un momento en el que era fundamentalmente emisora de influjos artísticos exógenos.
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