SAREB es por muchas razones una sociedad especial. La menor de esas especialidades no es desde luego que su enorme deuda está avalada por el Estado. Tampoco la presencia de sus competidores más fuertes en el consejo de administración. Dos datos que solos de por sí deben generar sin duda cierta preocupación. Preocupación que incrementa el que todos deban operar en un mercado en declive y el sector almacene enormes stocks con elevados costes de mantenimiento y conservación.
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