El cáncer puede estar provocado por mutaciones de ciertos genes, esto es, en la secuencia del ADN. También lo puede causar el mal funcionamiento de ciertas marcas químicas o modificaciones en el ADN, lo que se conoce como epigenoma.
Ahora se ha descubierto un nuevo mecanismo genético que puede desembocar en cáncer y que afecta al ARN. En concreto, se han observado anomalías en las modificaciones que presenta el ARN, que controlan también la expresión de los genes y constituyen el epitranscriptoma.
Algunas de esas alteraciones se han asociado a determinados tumores. Los fallos pueden producirse en las proteínas que añaden, eliminan o interpretan las marcas químicas.
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