El herraje es una parte fundamental del proceso de rehabilitación en las lesiones de ligamentos y tendones en el caballo. Las manipulaciones necesarias para el recorte y la colocación de una u otra herradura tienen consecuencias en la biomecánica. Es relativamente complicado disminuir la tensión sobre una estructura tendinosa o ligamentaria sin comprometer otra. Este artículo pretende resumir, de una manera objetiva, los efectos que tienen las herraduras comúnmente utilizadas en el tratamiento de lesiones tendinosas y ligamentarias tanto modificando los momentos de fuerza respecto al centro de rotación articular como utilizando sistemas de flotación que cambien la angulación de la tercera falange. Se sabe que la elevación de los talones reduce la tensión en el tendón flexor digital profundo y su brida carpiana. Este efecto puede recrearse en suelos blandos pero reactivos mediante sistemas de flotación. Estos consisten en modificar la distribución de la superficie de la herradura: se puede aumentar la superficie palmar con herraduras de huevo, de barra y de corazón entre otras. Se puede aumentar la superficie dorsal de la herradura con unas lumbres anchas y unos cayos estrechos. La efectividad de esta herradura no está respaldada con la misma evidencia que las herraduras que aumentan la superficie palmar, aunque con la herradura de lumbres anchas, si se consigue una menor penetración de las lumbres en el suelo, el cambio en la angulación de la tercera falange parece no ser suficiente como para recrear el efecto de una cuña en lumbres.
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