El triunfo del liberalismo emancipó al obrero del yugo feudal, pero no de su condición de paria social. La fraternidad del «tiers etat» duró muy poco tiempo y fue sustituida muy pronto por la división entre el proletariado y la burguesía, entre los propietarios y los que no poseían nada. La burguesía, una vez en el poder, se apresuró a instaurar un orden político-jurídico que fuera el fiel reflejo de su dominio económico. Una de sus primeras medidas fue la de votar leyes prohibiendo las coaliciones profesionales 1 e introducir el sufragio restringido, ligado a los medios de fortuna. El absolutismo de los títulos nobiliarios era sustituido así por el absolutismo de la propiedad
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