Javier Tirapu Ustárroz, Juan Manuel Muñoz Céspedes, Carmelo Pelegrín Valero
Introducción. Conceptos tales como alerta, atención, conocimiento, experiencia consciente, conciencia del déficit, autoconciencia o teoría de la mente aparecen en la literatura relacionados con la definición de conciencia. Esta multiplicidad conceptual nos lleva a plantear una pregunta: ¿existen diferentes niveles de complejidad en la conciencia que dependen de estructuras neuroanatómicas diferenciadas? Desarrollo. En este artículo se ofrece una aproximación hacia una taxonomía de la conciencia y se sugieren básicamente cinco niveles de complejidad y su relación con estructuras cerebrales diferenciadas. Así, en primer lugar se plantea el estado de alerta como una condición necesaria para que se dé la conciencia, y se relaciona con estados atencionales. En segundo lugar se sitúa la experiencia consciente que dependería de pautas de actividad cerebral sincronizada. Por otra parte, la labor clínica cotidiana muestra la posibilidad de la existencia de una conciencia para cada dominio específico de conocimiento. En cuarto lugar, situamos la autoconciencia, entendida como la capacidad de percibir en términos objetivos manteniendo un sentido de subjetividad. Por último, la teoría de la mente hace referencia a la capacidad de atribuir estados mentales específicos a otros individuos. Conclusión. Se plantea un análisis de los diferentes modelos que han intentado dar respuesta a cada uno de los niveles de complejidad de la conciencia, y se define el contenido de cada nivel para intentar un acercamiento basado en la ciencia analítica y no centrado en el plano de la descripción del concepto.
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