Antonio Rafele, Federido Tarquini, Tito Vagni
El artículo tuvo como objetivo analizar la relación entre metrópolis y representación. Por lo tanto, nos centramos en la serie de televisión Mad Men con el fin de describir cómo, en la New York de los años sesenta, el consumismo y los medios de comunicación (cine, televisión, radio, prensa) fueron los pilares sobre los que la sociedad de masas se construyó a si misma. De acuerdo con la misma lógica, en la segunda parte, el análisis de Gossip Girl ha servido para investigar y mostrar la centralidad inmutable de las metrópolis en los más recientes procesos sociales y culturales impulsados por los medios digitales y los modos de comunicación de los social networks. La narración de los dos períodos históricos describe una circularidad interesante entre la metrópoli, los fenómenos histórico-sociales que se producen en ella y las formas mediales de representación que la describen. Estos tres elementos establecen una relación de influencia a su vez en la que parece imposible distinguir una sucesión causal. Una metrópoli como New York es, por tanto, el escenario y el protagonista de las representaciones televisivas al mismo tiempo. Por lo tanto, es posible decir que sigue siendo el territorio dominante y una fuente de inspiración para la televisión contemporánea.
This paper aimed at analysing the relationship between metropolis and representation. Therefore we focus on TV series Mad Men in order to describe how, in the New York of the Sixties, consumerism and the mainstream media (Cinema, TV, Radio, Press) were the pillars on which the mass society built itself. In accordance with the same logic, in the second part, the analysis of Gossip Girl has meant to investigate and show the unchanging centrality of the metropolis in the most recent social and cultural processes driven by the digital media and the communicative modes of the social networks. The narration of the two historical periods, describes an interesting circularity between the metropolis, the historical-social phenomena that occur within it, and the medial forms of representation that describe it. These three elements establish a relation of in-turn influence in which it appears impossible to distinguish a causal succession. A metropolis like New York is thus the scenario and the protagonist of the TV representations at the same time. It is therefore possible to say that it continues to be the dominant territory and a source of inspiration for the contemporary television.
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