La Sentencia condena a una mujer que arrojó a su perro al monte encerrado en una bolsa como autora de un delito de maltrato animal, a la pena de 8 meses de prisión y dos de inhabilitación especial para el ejercicio de profesión relacionada con animales, además de a indemnizar a la asociación protectora que denunció los hechos y a pagar las costas procesales. La autora del comentario, que intervino como letrada de la acusación particular en este procedimiento, señala los aspectos más destacados del mismo: el chip identificativo como prueba, el papel de la acusación particular en la determinación de la pena impuesta, y la responsabilidad civil derivada del delito.
The Sentence has found a woman guilty of animal abuse for tying her dog in a bag and throwing it down a hill and has ordered her to 8 months in prison and a special prohibition from working in any profession related with animals, as well as to pay a fee to the animal protection association who denounced the acts and to pay for the costs of the proceedings. The author of this commentary, which participated as a lawyer in this proceeding, signals the most important aspects of the case: the identifying chip as a test, the role of the private prosecutor in the determination of the imposed sentence, and the civil responsibility deriving from the crime.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados