La pornocracia surge en un campo social propio del sistema clientelista en el cual los diferentes actores se encuentran dotados o desprovistos de poder o capital de todo tipo: simbólico, cultural, social o económico, otorgado por su desarrollo personal dentro de dicho campo (condición social, poder político, fuerza de trabajo como agente electoral, el propio voto, votos y / o capital sensual), compitiendo dentro del sistema por el acceso a los beneficios existentes en el campo social, para nuestro caso los beneficios emanados del Estado, contratos de órdenes de prestación de servicios, cargos públicos o subsidios, etc.
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