Marguerite Duras presenta una obra aparentemente sencilla: vocabulario común, muchas veces coloquial, abundancia de diálo-gos y frases cortas. Pero la facilidad de la sintaxis y el “parentesco de la lengua” encubren un lenguaje que comprende todo el intrin-cado mundo interior de la autora. Se ve que la mayor parte de las traducciones al Portugués ponen la obra de Duras “al servicio del lector” siguiendo una vía de “literalidad” que no llega a contem-plar el “lenguaje elevado” en el que se pueda oír “El eco del original resucitado”, como propone Benjamin (BENJAMIN 2008: 25-49). En este artículo mostraremos algunos de los problemas que presentan las traducciones al Portugués en Moderato Cantabile (1959), O deslumbramento (Le Ravissement de Lol V. Stein, 1964) y O Vice-cônsul (1966). Veremos que resulta necesario para el traductor, no solamente el conocimiento de los idiomas de salida y de llegada, sino también contar con un profundo conocimiento del autor y de la naturaleza de la obra (cf. Benjamin), una vez que “la traducción de la poesía (o de la prosa que le equivaldría) es más que nada una vivencia interior del mundo y de la técnica de lo traducido” (DE CAMPOS 2001: 43, apud GERONIMO 2017).
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