La estructura, el tamaño y la forma de hacer y de funcionar de la banca, los seguros, la industria de gestión de activos y de los propios mercados financieros han cambiado de forma radical a lo largo de estos treinta años.
Todos estos actores han estado además en el epicentro de la Gran Crisis desencadenada en el verano de 2007. A la revisión de la transformación de cada uno de ellos dedicamos los capítulos que componen esta sección. Nada es igual diez años después. Tampoco las infraestructuras que soportan su actividad, entre las más críticas la de los medios de pago, a la que dedicamos también un capítulo como exponente de la transformación tecnológica y de la digitalización de la economía.
De las intensas e irreversibles transformaciones que han registrado la economía y el sistema financiero español durante las tres últimas décadas, probablemente sea el sistema crediticio el caso más paradigmático.
Desde una posición inicial caracterizada por un elevado inmovilismo, rayando comportamientos claramente colusivos, a abrazar un proceso de crecimiento con una competencia feroz, alimentadora de desequilibrios financieros que desembocaron en la peor crisis en más de medio siglo.
Y finalmente un proceso de ajuste, en respuesta a esa crisis, que deja un sistema bancario irreconocible, tras un darwinismo que ha reducido extraordinariamente el censo de entidades –o incluso un subsector completo de ellas– y cuyo entorno competitivo es ya plenamente europeo.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados