Gonzalo Andres Caceres, Emilio de la Cerda
El Consejo de Monumentos Nacionales de Chile, en una votación realizada el 28 de junio de 2017, declaró a la Villa San Luis como Monumento Histórico. Este hecho ocurrió pocos días después de que los dueños del terreno iniciaran la demolición de los últimos bloques de viviendas sociales que permanecían en el sitio, como remanentes del proyecto original desarrollado por la CORMU durante el Gobierno de Salvador Allende.
Esta declaración no sólo paralizó la demolición, sino también echó a andar un debate sobre cuáles son los criterios de valor implícitos en una declaración patrimonial. Dicha pregunta toma mayor relevancia al considerar que la Villa San Luis está ubicada en uno de los suelos más caros de Santiago, siendo el último paño de esta área por ser desarrollado por el mercado inmobiliario y a la vez el último vestigio de un proyecto social y urbano distinto. Es decir, los bloques a medio demoler se transformaron en los protagonistas de una disputa entre el valor de suelo y el valor patrimonial.
En ese contexto, preguntamos: ¿merece la Villa San Luis el calificativo de patrimonio? ¿Cuál es su valor? ¿Importa más ese valor patrimonial que el valor del suelo? ¿Qué criterio debiese primar en este conflicto valórico?
In a session held on June 28, 2017, the Chilean Council of National Monuments declared the Villa San Luis as a Historical Monument. This happened a few days after the land-owners began the demolition of the last blocks of social housing that remained on the site, as remnants of the original project developed by the CORMU (Urban Improvement Corporation) in 1972 during the Government of President Salvador Allende.
This decree not only paralyzed the demolition but also ignited a debate on the value criteria implicit in presenting a patrimonial declaration. This question becomes more relevant when considering that the Villa San Luis is located in one of the most expensive areas of Santiago, being both the last remaining plot available for development by the real estate market in the area and the last vestige of a different social and urban project. That is to say, the half-demolished blocks became the protagonists of a dispute between land value and heritage value.
In this context, we ask: does the Villa San Luis deserve the title of heritage? What is its value? Does this patrimonial value matter more than the value of the land? What criteria should prevail in this conflict of values?
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